Me duele este recuerdo tuyo
porque a veces, vuelve a palpitar
y a veces lastima;
no porque te hayas ido;
tal vez fue mejor así.
Te quise tanto en otro tiempo,
que solo Dios supo entonces, cuánto;
te hubiera regalado mi vida,
te hubiera acunado en mi futuro,
hubiera desechado mis vergüenzas
y despedido mis propios sueños,
tan solo por retenerte.
Pero te marchaste…
y empecé a construir mi recuerdo,
y a consentirlo día con día,
viéndolo crecer como a un hijo;
se volvió robusto, casi indestronable,
hasta que volvió el amor.
Una y otra vez tocó a mi puerta,
le abrí presuroso y tenía otros ojos,
otros rostros, otros destinos.
Me dejé atropellar, extasiado a veces;
me dejé envolver, gustoso siempre.
Y tu recuerdo fue palideciendo,
se fue marchitando de viejo
y empezó a doler…..
Me duele tu recuerdo,
desde esta ausencia tan tuya
que ya no molesta, que ya no respira,
que ya no maltrata, que casi ni se nota.
Y es que sobreviví a tu partida
y no se cómo, me brinqué las tristezas;
sobreviví a las nostalgias añejas,
que fueron palideciendo con los años;
me monté en otras historias, demasiadas,
y me revolqué en otras tantas ilusiones.
Por eso me duele tu recuerdo,
porque sobreviviéndolo tras el tiempo,
ya casi te olvido.
Mayo, 1978
No hay comentarios:
Publicar un comentario